Sentirse escritor es una experiencia
que recomiendo... Vivir otras vidas por momentos, olvidando las nuestras...tan
manidas...tan ajadas.
Poder sentirse rey de otros mundos y
dibujar la vida de unos personajes que al final terminan siendo tu familia... Con
defectos y virtudes, que sin tú saberlo... quizá sin notarlo, heredaron de ti,
de tu alma... de tu yo más interno... de tu miedo y tu arrogancia.
Olvidar las miserias que te
rodean... los problemas que te rondan y te asaltan. Y todo ocurre de pronto... en
un momento ... el más inesperado... el más comprometido... a veces el más
inoportuno. Pero tú sabes que cuando eso ocurre no hay excusa; debes obviarlo
todo y dejarte llevar, porque negarte a ello sería como desperdiciar una
vida... una vida efímera, cierto, pero maravillosa e irrepetible, como son
todas las vidas.
Cuando una musa llega volando, (porque
las musas siempre tienen alas), no tienes opción; tienes que abandonar tu
voluntad a ella. Entregarte sin condiciones... aceptar su magia... sus caprichos y aferrarte a sus piernas
largas , (también condición indispensable en toda musa... largas y seductoras
piernas); porque ella nace de repente como la esencia de un sueño, o florece
como la espuma de una ola... y madura rápido... quizá demasiado. Porque una
musa tiene muchas vidas, pero muy cortas todas ellas. Por ello, como todo buen
amante debes respetarla primero... abrazarla después, y por último hacerle el
amor... con toda la intensidad de que seas capaz... porque esa musa será la que
habrá de engendrar tu obra.
Luego, cada vez que la leas... cada
vez que te sumerjas en la prosa que escribiste, tú, y sólo tú, sabrás encontrar
los matices de ella... de aquella linda musa, tan especial, que tuvo la generosidad
de parir tu obra.
Más tarde despiertas... y te
encuentras con tu realidad delante... tan cruda como lo era antes de
evadirte... antes de volar de la mano de tu musa... Pero nunca la olvidarás, y
por mucho que pasen los años siempre habrá una obra que te evidencie que
existieron... que fueron ciertos aquellos felices momentos .
Me encanta sentirme escritor...
Mi estimado José Luis: plas, plas, plas....por esa musa que te hace que escribas. Yo parí dos novelas (que no han visto la luz pública aún) y no veas la felicidad que se siente. No soy escritora, pero me encanta escribir. Un beso escritor
ResponderEliminarUn beso Agueda.
EliminarSi es cierto... Hace falta experimentarlo para constatarlo.
Pero para nosotros, escribir, es uno de esos pequeños placeres, que no son muchos, que te regala la vida sin pedir nada a cambio.
Otro beso.
Hola, querido amigo J Luis.
ResponderEliminarComo siempre, sigues jugando con las letras hasta elevarlas a lo más alto.
Qué buena reflexión haces. Cuando las musas/sos jeje o lo que sea Divino que nos acompañaran cuando queremos escribir, yo, al menos, me siento alguien importante. hay veces que cuando tardo en leer lo que escribo me sorprendo.
Un abrazo.
Hola María. Me alegra, como siempre, saber de ti.
ResponderEliminarSi, ya ves... yo en mi tónica; cuando puedo echo unas letras en mi blog y me pierdo mucho tiempo.
Ya lo puedes ver, en lo que tardo en contestar los comentarios... Pero como te digo... me alegra mucho saber de ti... aunque sea de mucho en mucho, pero no perdemos el contacto. ¿Verdad?
Un abrazo amiga.