Ayer el azar nos convocó en un cine vacío. Tan vacío como
lo estaban nuestros corazones aquel lejano día en que nos conocimos.
Tú y yo… dos almas tan distintas entonces, y que acabaron
siendo tan iguales… a las que el tiempo y el amor hicieron tan semejantes.
Estábamos avocados a cruzar la vida juntos. El destino
enlazó nuestras manos… Hizo que te soñara antes de conocerte, y después…
después ya no pude dejar de soñarte.
Tus ojos han quedado grabados en mi alma, y cuanto más me
alejo de ellos más cerca te siento.
Ayer… con la complicidad de aquel cine vacío, que sólo
los dos ocupábamos, ante una película infecunda, que me otorgó el precioso
regalo de observarte a ti, rociada por los destellos de aquella enorme
pantalla, que hacían brillar tus grandes ojos, y se me hacían luminosos, tal
como estrellas que guían el sinuoso camino de mi vida… lo que son… lo que
fueron… lo que serán, ya que siempre lo han sido; mientras los míos, clavados
en ti, sin tú saberlo. Como tantas otras veces los clavé a lo largo de los
años, y en tantas circunstancias… crispados por el dolor o velados por el
placer, pero mostrándome cuanto de inmensa tienes.
Con tu mirada ausente… trataba de prolongar esos minutos…
ese sueño de tenerte cerca… de observarte sin la presión de sentirme observado…
intimidado por tu ternura.
Una película más… como muchas otras a las que asistimos
en nuestras vidas en común… antaño. Como tantas… mudas e infecundas, o al menos
para nosotros entonces… Porque no ansiábamos verlas ni entenderlas; tan solo
sentirnos cerca. Amarnos con la complicidad de aquella excitante penumbra que
nos ofrecía el haz nebuloso de aquel proyector, que a fuerza de ampararnos
envejeció con nosotros.
Y ayer, ese ayer, el del día antes de hoy, y no el de
antaño; cuando miraba tus ojos, perdidos en la pantalla, y al abrigo de aquel
cine, cuyos únicos habitantes éramos nosotros dos… encontré aquellos ojos una
vez más… tan hermosos como los de entonces, muchos años atrás… portadores de la
misma ilusión que cuando te robé el primer beso, o te prometí mi amor.
Luego, temí que aquella insulsa película llegara a su
fin. No quería abandonar aquella sala, que empezó siendo un espacio vacío pero
que acabamos llenando tu y yo… No había sitio para nadie más. Todo lo ocupó
nuestro amor.
Necesitaba muy poco entonces y prácticamente nada ahora…
me basta con los recuerdos, con seguir
soñándote cada noche y que el destino me haga un guiño de vez en cuando; como
ayer… regalándome el amparo de una sala vacía y una mala película.
Qué Bonito José, los bellos de punta. Qué bien escribes, narras, describes momentos. Nos hacen vivirlos junto a tí, si cabe. Mis felicitaciones.
ResponderEliminarGracias Cristina... Pero no es para tanto. De todas maneras, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Hombre... María, me alegra verte por aquí también... Otro abrazo.
ResponderEliminar"... me basta con los recuerdos, con seguir soñándote cada noche...".
ResponderEliminarHay frases que me convencen: que el amor no entiende de renuncias, y obstinado sobrevive en el tiempo, y terco supera la distancia, aun como a veces sucede... se halla tan cerca pero tan distante.
Saludos José Luís, y un 2015 pleno y feliz.
Lindas observaciones... Pero éstas... ¿Quizá no son otra historia...?
EliminarSaludos Pensador... Felicidades para ti también.
No José Luís, no son otra historia... Mis lindas observaciones -que generosamente las calificas- son sobre las palabras con que entre otras finalizas tu relato y que *resalto* al iniciar mi comentario. De la historia que relatas no he dicho nada, y si algo tuviera que decir, es que al leerla he sentido una extraña tristeza y por lo mismo he preferido callar lo que no sé explicar.
EliminarSaludos José Luís.
Releyendo mi comentario, observo en él cierto atisbo de hostilidad. No era mi intención.
EliminarTe pido disculpas, Pensador, si así lo has interpretado.
Saludos.
José Luis: ayssssssssssssss me has puesto los "pelos de punta"...plas plas, plas (aplausos) me ha encantado tu relato..has puesto el alma en ello. Felicidades. Te deseo que el 2015 te traiga todas tus ilusiones, que los sueños se cumplan y que nunca nos falte la positividad. Un besazo
ResponderEliminarÁgueda... Ese ayssssss tuyo... me es muy simpático. Cada vez que lo leo, me ayuda a recobrar el buen humor. Gracias... y gracias por los aplausos, aunque sean inmerecidos.
EliminarMuy bonito todo lo que me deseas para el 2015, y gracias por recordarme no olvidar ser positivo.
Todo eso y mucho más te deseo yo a ti también.
Un besote.
José Luis: nunca hay que dejar de ser positivo....un besito
ResponderEliminarEs verdad Águeda... cuantas razón tienes... debemos ver la vida siempre con optimismo.
Eliminarotro beso.
Hola, José Luis: si los viejos cines hablaran contarían hermosas historias de amor. Por otra parte, duele ver como nuestros cines cierran ante la falta de espectadores. Felicidades por volcar tus sentimientos en este post. Feliz año. Un abrazo. Mercedes
ResponderEliminarQue tal Mercedes.
EliminarMe alegra mucho verte por aquí.Te deseo lo mejor en este nuevo año.
Cierto... Lo que guardan los cines. Jajaja... Son historia también ; no los de ahora, sino esos cines de siempre... tan señoriales... tan particulares... que tanto significaron en nuestras vidas.
Un abrazo amiga.