Necesitaba soñar para huir...Para quemar
las palabras que tanto daño le hicieron... Que casi le arrancaron el alma.
Tenía miedo... a qué tras el sueño sólo
hubiese silencio... Como mucho... efímeros recuerdos del pasado, cuando éramos el
uno lo mejor de la vida del otro.
Recordar hoy... consciente de que mañana
volvería a ser otro día igual... Tan gris como el de ayer... tan vacío como
todos los venideros.
Sin ella ya no había nada... sólo
frío... Un mundo inhóspito y desapacible.
Lo único que me mantenía vivo era la
tenue esperanza, casi extinta, de volver a compartir algún día aquella luna
entre palmeras… reflejada en sus ojos exultantes.