Una vez más estaba mirando
hacia atrás. A veces el recuerdo puede ser gratificante… la mejor compañía.
Yo, y los que rondan mi
edad, afortunadamente no lo padecimos, pero sí que convivimos muy de cerca con
aquellos que sufrieron unos tiempos muy difíciles. Unos tiempos en que la
libertad, tal como ahora la conocemos, en toda su extensión, no era posible de
ejercer en nuestra Tierra.
Ahora, gracias a la lucha de
nuestros abuelos… de nuestros padres, hoy disfrutamos de ese bien tan preciado
que todo hombre merece desde que es concebido.
Fue mucha la lucha que
sostuvieron para conseguir lo que ahora tenemos, y como todo lo que se hereda
no se valora como merece; incluso se derramó sangre y se sesgaron demasiadas
vidas para que hoy tengamos este bienestar que no apreciamos. Solo algunos de
los que nos gusta esto de darle a la letra, sabemos cuánto vale que nadie pueda
callarte… utilizar la palabra tal como lo hacemos ahora… Sin miedo.
A veces lo pienso… Tantos
años de incertidumbre… Lo que ellos habrían dado por conocer y disfrutar estos
tiempos.
Me apena el pensar en esa
senda de rosas que nos legaron, con tanto sacrificio, y que estamos
convirtiendo en un lodazal, por el egoísmo de unos pocos.
Debemos pedir cuentas cuanto
antes a esos políticos a los que confiamos nuestro futuro… a los que dimos
nuestros votos, y ahora juegan con ellos faltándonos el respeto…sin buscar otra
cosa que su propio beneficio.
Todos quieren gobernar con
mucho más ahínco que servirnos… Quieren ser líderes de nuestra democracia… de
nuestra tierra. Pero no piensan en ceder… en solucionarlo, para que nunca
tengamos que lamentar el hecho de dar demasiados pasos atrás.
Debemos exigirles que
solucionen esta situación que han creado… que no nos roben más de lo que ya nos
han robado, y roguemos al cielo para que cuando acabe todo esto, nos quedemos,
al menos, tal como estábamos antes de que ellos y sus respectivas soberbias
atentaran contra todos nosotros.
Los hombres y mujeres de
este País no merecemos el trato que nos están dando.